Recuperan cuerpos en narcofosas de Chihuahua, pero aun hay desaparecidos

 

Crisis de desapariciones en Chihuahua evidencia violencia

Noticias de Chihuahua

Desde 2008, la desaparición forzada de personas en la región Noroeste de Chihuahua ha dejado una estela de dolor y preguntas sin respuesta. Aunque las autoridades han logrado recuperar restos humanos en 80 narcofosas , identificando al 36 por ciento de las aproximadamente 300 personas reportadas como desaparecidas , aún quedan cerca de 200 víctimas sin rastro . Este oscuro capítulo de violencia sigue siendo una herida abierta para las familias que buscan justicia.

El inicio del descubrimiento: “El Capricho”

Lo que alguna vez fue un mito se convirtió en una cruel realidad en noviembre de 2010, cuando autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) , en colaboración con instancias federales, localizaron el primer cementerio clandestino en el rancho “El Capricho” , ubicado a 8 kilómetros al sur de Puerto Palomas , en el municipio de Ascensión.

En ese lugar, los equipos forenses encontraron 11 fosas clandestinas , donde fueron recuperados los cuerpos de 20 personas , entre ellas tres mujeres y un ciudadano estadounidense . Las investigaciones revelaron que estas víctimas habían sido asesinadas entre 6 y 8 semanas antes de su hallazgo, lo que indicaba una cadena sistemática de crímenes vinculada a grupos criminales.

Víctimas inocentes y secuestros extorsivos

Entre los cuerpos recuperados en “El Capricho” , algunas víctimas eran presuntos rivales del grupo criminal responsable, pero otras eran simples viajeros o personas inocentes que tuvieron la desgracia de ser confundidas o interceptadas. Según testimonios recabados, en muchos casos, las familias recibieron llamadas de extorsión exigiendo rescates millonarios. Sin embargo, incluso después de cumplir con los pagos, los secuestrados fueron brutalmente asesinados, evidenciando la crueldad de estos grupos armados.

Este modus operandi no solo refleja la violencia desmedida de los criminales, sino también la falta de ética y humanidad en sus acciones. Para ellos, las víctimas eran meros instrumentos para obtener ganancias, sin importar si ya habían cumplido con las demandas económicas.

Una década de búsqueda infructuosa

Durante más de 10 años , la Comisión Local de Búsqueda realizó múltiples operativos en la región Noroeste de Chihuahua, especialmente en áreas cercanas a Ciudad Juárez , donde las desapariciones alcanzaron niveles alarmantes. Estos esfuerzos fueron impulsados en gran parte por asociaciones de madres buscadoras , quienes, enfrentando el dolor y la incertidumbre, exigieron respuestas a las autoridades.

Sin embargo, pese a la presión social y las campañas de búsqueda, los resultados fueron mínimos. La falta de recursos, tecnología adecuada y voluntad política complicó los esfuerzos por localizar a las personas desaparecidas. Muchas familias siguen esperando noticias de sus seres queridos, mientras que otras han encontrado respuestas demasiado tarde, en forma de restos óseos recuperados en fosas clandestinas.

Un legado de impunidad y desafíos pendientes

El fenómeno de las narcofosas en Chihuahua expone la magnitud de la crisis de desapariciones forzadas en México. Aunque el hallazgo de fosas clandestinas ha permitido identificar a algunas víctimas, el hecho de que más de 200 personas sigan sin ser localizadas refleja la impunidad que impera en estos casos.

Las autoridades enfrentan grandes desafíos para resolver este problema, incluyendo la necesidad de mejorar la coordinación interinstitucional, fortalecer las capacidades forenses y garantizar la protección de las familias que buscan justicia. Además, es fundamental implementar políticas públicas que prioricen la prevención de desapariciones y combatan las estructuras criminales responsables de estos actos.

Un llamado a la memoria y la acción

Para las familias de las víctimas, cada día sin respuestas es una tortura. Las madres buscadoras, quienes han liderado movimientos nacionales, insisten en que no descansarán hasta encontrar a sus seres queridos o saber qué fue de ellos. Su lucha es un recordatorio de la urgencia de abordar esta crisis humanitaria desde todos los niveles del gobierno.

Mientras tanto, las narcofosas permanecen como un símbolo sombrío de la violencia que ha devastado a comunidades enteras. Solo mediante la verdad, la justicia y la memoria colectiva será posible comenzar a sanar las heridas que esta tragedia ha dejado en Chihuahua y en todo el país.